domingo, 1 de mayo de 2011

Shakespeare in love





Y no puede ser el amor, insólito capricho, un juguete del destino. Impuro, injusto y cruel  acecha entre moradores y paparazzi.


Y si yo tuviera apenas amor derretido, deshecho y ajado, no sentiría por ventura otra cosa que el desánimo y ni el manto azul y sus estrellas contradirían mi pena, un conjuro mis labios maldecirían. Sin embargo, si cien veces viviera, cien veces amaría, pues no es la vida nada sin la pasión y el cosquilleo en la punta de los dedos y no sería el amor tan hermoso sin su efimeridad.
Y si después del desamor no quedara apenas un pálido recuerdo de lo que fueron los objetos, los llamaría por sus nombres, nombraría al gato gato, y al hombre hombre pues sin cariño la vida no tendría sentido ser nombrada.


Lo verdaderamente bello del amor es que es libre de ser sentido desde la primera persona hasta todo eufemismo del final del horizonte.


"Yo pretendo que haya poesía en mi vida, y aventura, y amor, amor por encima de todo. No la artística impostura del amor, sino el amor que es capaz de derrumbar la vida, impetuoso, ingobernable como un ciclón en el corazón ante el que nada se puede, ya te arruine o te embelese. Yo debo sentir ese amor".
-Viola, Shakepeare in love-