sábado, 24 de septiembre de 2011

Piano



Noche de otoño en Córdoba, entre bambalinas el tiempo se congela y una pequeña de ocho años observa con sus enormes ojos. 
El teatro tiene el fondo oscuro, tan sólo la luz del crepúsculo. El fin del día  ilumina movimientos clandestinos y encontrados. Una pareja danza, baila al piano con puntas, vestido rojo como el atardecer que enciende la vida y tres pequeñas rosas blancas en el cabello. Se encuentran, dependen el y ella, punzada de dolor en el estómago, el vello de la nuca erizado, sólo tres minutos, una vida. No hay letra en el guión, sobran las palabras, se extinguen las voces, sólo hay amor.

Saltan, ella es ligera, él fuerte. Caen y ante ellos, baja el telón...

Cuando escucha tus acordes aquella niña se ve bailando en la actualidad, convertida en mujer con las flores en el pelo y los ojos cerrados. Ella baila, ella vive.

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